La hora de "queda"

Este libro reúne seis narraciones que algunos identifican como cuentos, otros como novelas cortas. Presentan el diario vivir, repetitivo y circunscrito al hogar, de un grupo de mujeres de clase alta de inicios de siglo, en el que ni “la libertad del pensamiento” ni el “derecho de discurrir por sí solas” estaban presentes. La descripción de la vida monótona y limitada de estas mujeres dejaría en evidencia, por contraste, el avance de las ideas feministas en pro de “hacer menos esclava a la mujer” que recién se discutían.

Los relatos de Inés Echeverría en La hora de ‘queda’, introducen personajes masculinos vinculados a la ciencia médica y al mundo intelectual y artístico, los cuales se sienten inclinados a “comprender” a la mujer desde lo que creen son sus habilidades y dominios: el conocimiento racional y el talento artístico. Sin embargo, en la búsqueda y aprehensión de su “objeto de estudio” se les enrostran los “métodos” del oficio, haciendo tambalear los fundamentos de las antes incuestionadas capacidades intelectuales y artísticas, de la misma manera en que decae la también incuestionada salud. Mientras el hombre se acerca a la mujer para “aprehenderla” (con su ciencia) se le devuelve el reflejo de su vanidoso narcisismo que desmorona las bases en que funda su masculinidad, y con ello aparece la figura de una mujer hasta entonces desconocida: equilibrada, sana, buena madre y leal esposa. Así entonces, junto con cuestionar la subentendida disposición del hombre a la salud y la mujer a la enfermedad, estos textos ponen en entredicho el saber médico-científico e incluso denuncian la patologización de la mujer como una forma de ocultar la violencia física y simbólica de las prácticas patriarcales que transforma el abuso (de la violación, por ejemplo) en enfermedad (o “locura”).

Inés Echeverría Bello (Santiago, 1868 – 1949). Su madre murió cuando era aún una niña, y sus abuelos se hicieron cargo de ella. Arraigada en la aristocracia, recibió una educación privilegiada. Con 24 años se casó con el militar Joaquín Larraín. Juntos vivieron temporadas en Europa. Con 37 años publicó la primera de sus cuatro novelas, Hacia el Oriente, pero de forma anónima. Como Iris o Inés Bello, comenzó a publicar en diversos medios: Familia, La Revista Azul, Silueta, Zig-Zag y los diarios El Mercurio y La Nación, donde escribió artículos de toda índole. Utilizó su escritura como vía de reivindicación de los derechos de la mujer, un tema que le había llamado la atención luego de sus viajes a Europa, donde las mujeres ya podían estudiar.

Inés se convirtió en una de las voces feministas de inicios del siglo XX. Junto a otras mujeres de la época, creó sociedades que ayudaban en la enseñanza de la mujer y su emancipación, como el Club de Señoras. En 1922 fue profesora en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, donde es declarada en 1925 como la “Primera Mujer Académica” de esa institución. Su última novela, Por él es la única que firma con su nombre; allí inculpa a su yerno, Roberto Barceló, de asesinar a su hija